Los vuelos de más de siete horas se hacen muy pesados, aburridos y hacen sufrir una incomodidad extrema. Aparte de las horas de vuelo, tenemos que sumar las horas de escala, lo que es una auténtica odisea. Pero toda recompensa tiene un precio, y en este caso para llegar al destino soñado es esto lo que hay que pasar.
Si se llega medianamente bien de tiempo al aeropuerto, con un poco de suerte nos podrán dar asiento al lado de la ventanilla, que siempre es un poco más cómodo que ir en medio o al lado del pasillo porque tendremos, primero, un sitio en el que apoyarnos, y segundo, de vez en cuando nos entretendremos mirando por la ventanilla. Así que no seamos perezosos y pongámonos bien prontito el despertador para poder llegar con 2 horas y 30 minutos o 3 horas de antelación al aeropuerto, así también nos ahorraremos los nervios que nos invaden cuando empiezan a decir por megafonía que la ventanilla de nuestro vuelo está a punto de cerrarse.
De normal en los vuelos largos los aviones suelen ir equipados de entretenimiento. Con esto me refiero a que cada viajero dispondrá de una pantalla en la que podrá ver películas, escuchar música, jugar a algún juego, o simplemente observar por dónde está pasando en cada momento. Eso no quita que esté de más llevarse algún libro para leer o algún sudoku para matar el tiempo.
Estar sentado en el mismo asiento durante horas, y más o menos sin poder movernos mucho porque nos sabe mal molestar al viajero de al lado, es horrible. Para pasar el vuelo lo mejor posible, es recomendable descalzarse nada más sentarse, así se evitará que se hinchen los pies; dormir lo menos posible antes de subir al avión, así será más fácil dormirse durante el vuelo y no enterarse de la odisea que supone estar metido tantísimas horas allí. Si eres de los que les cuesta dormir, prepárate el kit de supervivencia en el avión, es decir, una caja de biodraminas sin cafeína nunca viene mal para desconectar unas cuantas horas y no enterarse de nada.
También es recomendable beber bastante líquido, a poder ser agua evitando de este modo bebidas azucaradas o con gas que pueden excitarnos (con lo cual nos costará más relajarnos) o pueden provocarnos malestar en el estómago. Hay que tener en cuenta que en estos vuelos suelen ofrecer cualquier clase de bebidas alcohólicas gratuitas, mi consejo es que no consumáis demasiadas para no pasar el vuelo ebrios, pues no quiero imaginarme tantas horas subida en el avión sin poder moverme ¡y encima medio mareada! Debe ser horrible. Así que intentad beber mucha agua o zumo y poco café, ¡o no os dormiréis ni a la de tres!
Aunque en estos vuelos pasan a darte snaks y comida varias veces, tampoco está de más que os llevéis algún bocadillito o algo para picotear de casa, por si la comida que os dan está muy mala, que muy a menudo suele pasar, no os vais a estar muriendo de hambre. Además seguro que como mínimo hacéis una escala, y como supongo que ya sabréis los bares o restaurantes de los aeropuertos son carísimos, así que si lleváis un par de bocatas mejor que mejor.
También es aconsejable llevar a mano toallitas refrescantes, vuestro cepillo de dientes y un desodorante, porque os puedo asegurar que aunque os hayáis duchado un par de horas antes de subir al avión, cuando llevéis solo 5 horas (ya no digo diez), os sentiréis más sucios que si vinieseis de correr una maratón.
Uno de los descubrimientos más importantes que hice a la hora de viajar fue comprarme uno de esos cojines para el cuello de viscolástica, ideal. Pero no lo compréis en los aeropuertos porque estamos en las mismas, son carísimos y al final no lo compraréis. En Primark los venden, exactamente los mismos que en los aeropuertos y a la mitad de la mitad de lo que os cuestan allí.
Por último no olvidéis que en los aviones hace un frío atroz, por muchas mantas que pidáis al auxiliar de vuelo seguiréis teniendo frío, así que aunque cuando lleguéis a vuestro destino y haga 40 °C, abrigaos bien porque hasta llegar tenéis unas cuantas horas de viaje, y por experiencia propia con frío aún se pasa peor.
Con todos estos consejos espero que vuestro viaje no se convierta en una auténtica odisea.